miércoles, 6 de octubre de 2010

Ave enjaulada

Tus pasos en el tiempo se pierden como huellas en las olas. Yo estoy aquí, como siempre esperándote, sentado en el umbral del fracaso.
El tiempo pasa, y tienes miedo. Ves correr el segundero y te preguntas cuando será el día que abrirás tus alas y volarás lejos del hogar. También puedes preguntarte si al fin te encontrarás con tu destino que te aguarda sigiloso detrás de unas rocas, en el camino.
Acaso tal vez te preguntes si tu vida es en vano. Yo te digo que no,
y te extiendo, eternamente, mi mano. Tómala, por siempre, como tomarías el agua en el desierto. Tómala, por siempre, como tomarías mi alma si llegases a perderla. Simplemente es mi mano, mi voluntad
la que en un instante tus alas abrirán y al fin podrás volar en libertad.

Antü.

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