Las paredes de mi cuarto son testigos de mis lágrimas que huyen furtivas de mí ser sin que nadie las pueda ver. Se que el tiempo es juez y sabrá cuando será el momento donde todos debemos enmudecer para que él dicte su verdad.Yo no sé si estoy acusado o soy la víctima de este juicio, pero ese veredicto es deseado para saber si soy culpable o inocente.
Y tu estás ahí, de pie, mirando como todo ocurre sin siquiera pestañar, sin siquiera mutar.
Antü.
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