jueves, 19 de diciembre de 2013

Lo peor del amor

Lo peor del amor cuando termina
son las habitaciones ventiladas,
el puré de reproches con sardinas,
las golondrinas muertas en la almohada.

Lo malo del después son los despojos
que embalsaman al humo de los sueños,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole sin dueño.

Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a la hoguera los archivos.

Lo peor del amor es cuando pasa,
cuando al punto final de los finales
no le quedan dos puntos suspensivos…

Joaquín Sabina

lunes, 9 de diciembre de 2013

Deseo

Te seguiré hasta el final
te buscaré en todas partes
bajo la luz y las sombras
y en los dibujos del aire.

Te seguiré hasta el final
te pediré de rodillas
que te desnudes amor
te mostraré mis heridas.

Y con las luces del alba
antes que tú te despiertes
se hará ceniza el deseo
me marcharé para siempre.

Te seguiré hasta el final
entre los musgos del bosque
te pediré tantas veces
que hagamos nuestra la noche.

Te seguiré hasta el final
con el tesón del acero
te buscaré por la lluvia
para mojarme en tu beso.

Y con las luces del alba
antes que tú te despiertes
se hará ceniza el deseo
me marcharé para siempre
y cuando todo se acabe
y se hagan polvo las alas
no habré sabido por qué
me he vuelto loco por nada.

Te seguiré hasta el final
por la ladera del viento
para rogarte, por Dios
que me hagas sitio en tus besos.

Y con las luces del alba
antes que tú te despiertes
se hará ceniza el deseo
me marcharé para siempre
y cuando todo se acabe
y se hagan polvo las alas
no habré sabido por qué
me he vuelto loco por nada...

Pedro Guerra


domingo, 20 de octubre de 2013

Un año sin escribir


Hace un año que no escribo. Hace mucho tiempo que no encuentro las musas para hacerlo. Aquella dama del pasado me arrebató hasta la última gota de inspiración. Se llevo con ella, mis sueños y mis palabras, mis noches y mis agonías. Quedaron en mi, retazos de un alma que levantó vuelo, confiado de llegar a destino, pero cayó en las profundidades más oscuras de mí existir. 
Hace un año que no escribo. Ya no había palabra alguna que pudiese expresar mi pesar. Pero hoy llegó usted a la puerta de mi vida, con sus penas, con su historia y sus alegrías. Llego con su mirada, tan clara como el mar, con la sonrisa cómplice de la felicidad. Arrasó con toda la furia, los viejos recuerdos de mí ser, dejando la tierra limpia para una nueva siembra. 
No logro comprender que es lo que sucede, aún es muy pronto para ello, pero es raro y mágico, a la vez, que esto ocurra. Aún no le he dicho lo que pasa, es que necesito quemarme con mis sentimientos, ponerlos a prueba en mi vida. Prometo decirle lo que siento, cuando llegue el momento. Hoy me conformo, con que luego de un año, he vuelto a escribir.

sábado, 9 de febrero de 2013

Soñando besos

¿Cuantas veces soñé con tu boca?
¿Cuántas noches se llevaron tus besos?
¿Cuántos kilómetros llevo persiguiéndote en mis quimeras?
Hoy, por fin, te alcancé, y lo más hermoso es que fue en la realidad, estando despierto.
Nos miramos y el silencio nos abrazó. Ese silencio voraz que muchas veces nos asusto, que en tantas ocasiones buscamos explicar. Ese silencio, hoy fue nuestro cómplice, nuestro aliado, quien nos dijo al oído que un amor solo se vive y se siente. Hoy entendí el significado del silencio.
Te miré y solo te miré. Vi en tu mirada, el amor que tu boca me negaba y entendí que era hora de liberarlo de tus bellos ojos. Y fue mágico, maravilloso, utópico. Tus labios y los míos, entrelazados en ese extraordinario instante de eternidad. Un simple beso, que movilizó cada vibra de nuestro cuerpo, cada rincón del alma, cada recoveco de nuestro ser. Detrás nuestro, las luces del escenario apagadas, el telón cerrado y un aire de paz que nos cubría.
Mientras nuestras manos estaban unidas, sentía que estaba soñando nuevamente. Un sueño, del que hoy no quiero despertar, y que quiero seguir soñando cada noche, cada día. Luego, cada uno marchó, con una sonrisa y el sabor de un beso entregado a la felicidad.

Antü.