Hace un año que no escribo. Hace mucho tiempo que no encuentro las musas para hacerlo. Aquella dama del pasado me arrebató hasta la última gota de inspiración. Se llevo con ella, mis sueños y mis palabras, mis noches y mis agonías. Quedaron en mi, retazos de un alma que levantó vuelo, confiado de llegar a destino, pero cayó en las profundidades más oscuras de mí existir.
Hace un año que no escribo. Ya no había palabra alguna que pudiese expresar mi pesar. Pero hoy llegó usted a la puerta de mi vida, con sus penas, con su historia y sus alegrías. Llego con su mirada, tan clara como el mar, con la sonrisa cómplice de la felicidad. Arrasó con toda la furia, los viejos recuerdos de mí ser, dejando la tierra limpia para una nueva siembra.
No logro comprender que es lo que sucede, aún es muy pronto para ello, pero es raro y mágico, a la vez, que esto ocurra. Aún no le he dicho lo que pasa, es que necesito quemarme con mis sentimientos, ponerlos a prueba en mi vida. Prometo decirle lo que siento, cuando llegue el momento. Hoy me conformo, con que luego de un año, he vuelto a escribir.
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